Algo que debemos saber al usar muletas
Muchas personas mayores tienen una condición física delicada y dificultades para moverse. Necesitan apoyo. Para ellas, las muletas son un elemento fundamental, casi un compañero indispensable.
Una muleta adecuada puede ser de gran ayuda para las personas mayores, pero para elegir la muleta correcta hay muchos aspectos a tener en cuenta. Veamos.
En el mercado existen muchas opciones de sillas de ruedas para personas mayores con movilidad reducida. Con un poco de investigación, una silla nueva puede aumentar considerablemente la independencia del usuario y mejorar su calidad de vida.
Las muletas más comunes para personas mayores, que mejoran el equilibrio al aumentar la superficie de apoyo y reducen el peso en las extremidades inferiores hasta en un 25%, se dividen en bastones estándar de un solo pie y bastones de cuatro patas. Los bastones estándar de un solo pie son ligeros, pero su estabilidad es algo menor, mientras que los bastones de cuatro patas son estables, pero su superficie de apoyo es más ancha, lo que dificulta subir y bajar escaleras. Son adecuadas para casos leves de artrosis, problemas de equilibrio leves y lesiones en las extremidades inferiores.
2. El antebrazoMuletaTambién conocida como muleta Lofstrand o muleta canadiense, reduce el peso de las extremidades inferiores hasta en un 70%. Consta de una funda para el antebrazo y un mango en un bastón recto. Su ventaja radica en que la funda permite un uso ilimitado de la mano y facilita su ajuste, permitiendo realizar actividades de escalada. Su estabilidad no es tan buena como la de las muletas axilares. Es adecuada para la debilidad unilateral o bilateral de las extremidades inferiores, para quienes no pueden soportar peso tras una cirugía y para quienes no pueden alternar la marcha entre el pie izquierdo y el derecho.
3. La axilarmuletasTambién se les conoce como muletas estándar. Son las más utilizadas por pacientes con fracturas de cadera, rodilla y tobillo, ya que pueden reducir el peso sobre las extremidades inferiores hasta en un 70%. Sus ventajas son la mejora del equilibrio y la estabilidad lateral, la facilidad para caminar con carga limitada, su fácil ajuste, la posibilidad de subir escaleras y una mayor estabilidad lateral que las muletas de antebrazo. La desventaja radica en que requieren tres puntos de apoyo al usarlas, lo que dificulta su uso en espacios reducidos. Además, algunos pacientes tienden a apoyarse en la axila, lo que puede dañar los nervios axilares. El rango de movimiento de la muleta axilar es el mismo que el de la muleta de antebrazo.
Para los médicos de la División de Rehabilitación, lo que recomendamos es que el paciente reciba tratamiento mientras camina. Cuando los pacientes necesitan usar muletas para ayudarse a caminar durante la rehabilitación, es necesario aprender a usarlas correctamente. Comencemos con un principio fundamental: al caminar solo, las muletas deben sujetarse con la pierna contraria a la afectada. Esto suele ser ignorado por los pacientes y sus familiares, lo que puede tener consecuencias negativas.
Al usar unmuletaHay dos precauciones que conviene destacar: el peso del cuerpo debe apoyarse en la palma de la mano, no en la axila. Si la fuerza en las extremidades superiores es insuficiente, no se recomienda usar andador ni silla de ruedas. Reducir el riesgo de caídas en las personas mayores es fundamental.
Fecha de publicación: 29 de agosto de 2022

