La silla de ruedas es un medio de transporte indispensable para cualquier persona parapléjica, sin la cual resulta prácticamente imposible caminar. Por ello, cada paciente tendrá su propia experiencia al usarla. Utilizarla correctamente y dominar ciertas habilidades mejorará notablemente su autonomía. A continuación, comparto algunas experiencias personales de usuarios de sillas de ruedas para que todos podamos compartirlas y, espero, que sean útiles.
Los pacientes pasan gran parte de su vida diaria en silla de ruedas, por lo que es fundamental prestar atención a su comodidad y al mantenimiento diario de la misma. Al estar sentado en una silla de ruedas durante mucho tiempo, lo primero que se siente es incomodidad en los glúteos y entumecimiento. Por ello, conviene considerar la posibilidad de mejorar el cojín del asiento, y la forma más sencilla es añadir otro cojín más grueso. Para ello, se puede utilizar la esponja de los cojines de los asientos de coche (de alta densidad y buena elasticidad). Se corta la esponja al tamaño del cojín del asiento de la silla de ruedas, con un grosor de entre 8 y 10 centímetros. Se puede cubrir con cuero o tela. Se coloca una bolsa de plástico sobre la esponja. Si se trata de una funda de cuero, se puede coser a la vez, y un extremo de la tela puede tener una cremallera para facilitar su extracción y lavado. Con este cojín grueso, la presión sobre los glúteos se reduce considerablemente, lo que también puede prevenir la aparición de úlceras por presión. Al estar sentado en una silla de ruedas también se puede sentir dolor en la zona lumbar, especialmente en la cintura. Debido al daño nervioso, la fuerza de los músculos psoas disminuye considerablemente, llegando incluso a la pérdida total de la misma en pacientes que trabajan en posiciones elevadas. Por lo tanto, el dolor de espalda es común en todos los pacientes. Existe un método eficaz para aliviar el dolor: colocar un cojín pequeño y redondo en la zona lumbar, de unos 30 cm de diámetro y entre 15 y 20 cm de grosor. El uso de este cojín para apoyar la zona lumbar proporciona un gran alivio. Si lo desea, puede añadir un cojín lumbar. Tanto pacientes como conocidos pueden probarlo.
El mantenimiento diario de las sillas de ruedas es fundamental. Una silla de ruedas en buen estado nos permite desplazarnos con libertad y comodidad. Si la silla de ruedas presenta desperfectos, sin duda resultará incómodo usarla.
Hay varios aspectos a los que prestar atención al realizar el mantenimiento de una silla de ruedas:
1. Freno:Si el freno no está bien apretado, no solo será incómodo de usar, sino que incluso podría ser peligroso, por lo que debe estar firme. Si el freno no está apretado, puede ajustarlo hacia atrás y apretar el tornillo de fijación;
2. Volante:El volante es el único dispositivo para controlar la silla de ruedas, por lo que debe estar firmemente fijado a la rueda trasera;
3. Rueda trasera:La rueda trasera requiere atención al rodamiento. Tras un uso prolongado de la silla de ruedas, el rodamiento se afloja, provocando vibraciones en la rueda trasera, lo cual resulta muy incómodo al caminar. Por lo tanto, se debe revisar periódicamente la tuerca de fijación y lubricar el rodamiento con regularidad. Se recomienda utilizar grasa lubricante y mantener los neumáticos inflados, lo que no solo facilita el desplazamiento, sino que también reduce las vibraciones.
4. Rueda pequeña:La calidad del rodamiento de la rueda pequeña también está relacionada con la facilidad de movimiento, por lo que también es necesario limpiar el rodamiento regularmente y aplicarle grasa;
5. Pedales:Los pedales de las distintas sillas de ruedas se dividen en dos tipos: fijos y ajustables, pero independientemente del tipo, es mejor ajustarlos a la comodidad de cada uno.
Existen ciertas habilidades para usar una silla de ruedas que, una vez dominadas, facilitan enormemente la movilidad. La más básica y común es el avance de la rueda delantera. Al encontrar un pequeño resalte o escalón, si se sube con fuerza, se puede dañar la silla. En ese caso, basta con levantar la rueda delantera y superar el obstáculo para resolver el problema. El método para avanzar la rueda delantera es sencillo. Simplemente hay que girar el manillar hacia adelante bruscamente; la rueda delantera se levantará por inercia, pero es importante controlar la fuerza para evitar que retroceda por exceso de fuerza.
Las siguientes situaciones se presentan con frecuencia en detalle:
Cruce de obstáculos:Al salir, a menudo nos encontramos con pequeños baches o hoyos. Las ruedas delanteras son pequeñas, por lo que resulta difícil pasar al impactar contra ellas. En ese caso, solo es necesario que las ruedas delanteras avancen. Las ruedas traseras tienen un diámetro mayor, por lo que es fácil pasar.
Cuesta arriba:Si se trata de una silla de ruedas grande, el centro de gravedad estará hacia adelante, facilitando así la subida de pendientes. Si la silla de ruedas es pequeña, el centro de gravedad estará en el medio, y la silla se sentirá hacia atrás al subir pendientes, por lo que conviene inclinarse ligeramente hacia atrás al subir.
Al usar una silla de ruedas, existe un movimiento técnico para levantar la rueda delantera, es decir, aumentar la fuerza al avanzar la rueda para que se eleve, el centro de gravedad se desplace hacia la rueda trasera y el manillar se mueva de un lado a otro para mantener el equilibrio, como si se bailara en silla de ruedas. Esta acción no tiene ninguna utilidad práctica, es muy difícil y es fácil caerse, así que evite hacerla. Si decide intentarla, asegúrese de que alguien le ayude a mantenerse en su sitio. Lo importante es que la fuerza aplicada al avanzar la rueda sea moderada para poder mantenerse estable y conservar el equilibrio.
En cuanto al uso inteligente de las sillas de ruedas, lo dejamos aquí y nos vemos la próxima vez.
Fecha de publicación: 7 de febrero de 2023


