Para quienes tienen movilidad reducida, las sillas de ruedas ofrecen la posibilidad de recuperar la independencia. Sin embargo, elegir la silla óptima supone un reto. Los modelos manuales requieren fuerza física para maniobrar. Las sillas eléctricas ofrecen un control sin esfuerzo, pero suelen ser voluminosas y caras. Con las innovaciones a un ritmo vertiginoso, ¿es la silla de ruedas eléctrica la ayuda a la movilidad definitiva?
Las sillas de ruedas eléctricas ofrecen ventajas evidentes. Permiten a los usuarios desplazarse sin esfuerzo físico, evitando el dolor, la fatiga y las lesiones a largo plazo. Además, son ideales para personas con debilidad o problemas de coordinación que podrían dificultar la propulsión manual.
Las sillas de ruedas eléctricas amplían la movilidad en terrenos variados. Superan fácilmente pendientes, se desplazan por aceras y césped irregulares y recorren largas distancias sin esfuerzo. Esto permite un mayor acceso a los espacios con una autonomía superior. Algunos modelos eléctricos incluso incorporan funciones de bipedestación, elevando y bajando al usuario entre la posición sentada y la erguida.
Las sillas de ruedas eléctricas también ofrecen a los usuarios un mayor control de la velocidad y la aceleración. Los joysticks y las interfaces permiten una maniobrabilidad suave y precisa, difícil de lograr manualmente. Esto resulta fundamental para usuarios activos que practican deportes, se desplazan por lugares concurridos o viajan a mayor velocidad. Continúan surgiendo funciones de navegación asistidas por IA para evitar obstáculos.
Sin embargo, las sillas de ruedas eléctricas también tienen inconvenientes. Sus grandes baterías y motores las hacen mucho más pesadas que los modelos manuales. Transportarlas en coches o elevarlas a lugares donde no llegan las rampas resulta complicado. Incluso las sillas de ruedas eléctricas plegables rara vez caben en maleteros pequeños. Además, la autonomía limitada de la batería requiere recargas frecuentes.
Si bien las sillas de ruedas eléctricas ofrecen una libertad y un control inigualables, no se adaptan a todas las necesidades. Las sillas de ruedas manuales destacan por su ligereza y facilidad de transporte. Los avances en los sistemas de engranajes y palancas facilitan la propulsión manual incluso para personas con brazos fuertes. Las estructuras ligeras personalizadas y los materiales ultraligeros como la fibra de carbono minimizan el peso.
En definitiva, la silla de ruedas «ideal» depende por completo de las necesidades y el entorno de cada persona. Sin embargo, la innovación permite que las sillas de ruedas eléctricas sean más asequibles y compactas. Con el avance de la tecnología, tanto las sillas de ruedas eléctricas como las manuales serán cada vez más fáciles de usar. El objetivo principal sigue siendo garantizar que las personas con discapacidad tengan acceso a las ayudas para la movilidad que necesitan para llevar una vida activa e independiente.
Fecha de publicación: 19 de febrero de 2024

